Ignácio crece en la adversidad
El zaguero brasileño, que llegó a Sporting Cristal por solicitud de Tiago Nunes, es el valor más alto en el Rímac. Es titular, goleador y referente para la afición.
En su primer año en Sporting Cristal, Ignácio da Silva se ha ganado el respeto de la plantilla y el público cervecero. En tiempo récord se consolidó entre los titulares, se constituyó no solo como líder defensivo, sino como jefe de equipo y se transformó en un arma goleadora impensada en dos frentes: Liga 1 y Copa Libertadores.
El ex Bahía está jugando a un grandísimo nivel pese a que Cristal atraviesa una crisis deportiva que podría desembocar en la salida prematura del entrenador Tiago Nunes, su principal valedor en Perú. Más allá del mal momento, el ‘4′ se ha desatado en el último mes anotándole a River Plate, en el Monumental de BsAs, y recientemente a la UCV.
Con esa última diana salvó a los suyos de una debacle que pudo acrecentar el caos en La Florida. Es más, contra los poetas fue el valor capital realizando dos regates exitosos, ganando siete duelos de ocho e imponiéndose tres veces en balones aéreos. Con esos guarismos se metió al bolsillo a los simpatizantes, quienes desean que el resto del equipo se contagie de la actitud de Da Silva.
A Ignácio, por más desatinado que parezca, se le ve mucho mejor en contextos calientes. Jugadores así son los que valen doble porque demuestran mayor carácter, temple y voracidad cuando la dificultad escala a niveles exorbitantes. En tiempos de adversidad deja la imagen del caudillo que necesita el Rímac.
