¡Perú está en el repechaje!

Era hoy. Y no podía ser de otra manera: era así, con el cuchillo entre los dientes, con el corazón en la boca. Perú tenía que sacar las garras en casa, frente a una selección que jugaba con la libertad de no tener nada que perder. Era así, y Perú lo demostró desde el inicio, con un gol que calmó las ansias de 30 millones de peruanos que se empiezan a acostumbrar al éxito.

La selección peruana le debe tanto a Ricardo Gareca como a Christian Cueva, un jugador generacional, que le ha hecho honor al ‘Chorri’ Palacios, de quien heredó la ‘10′ y la batuta. Símbolo de esta generación ganadora, ‘Cuevita’, pequeño en estatura e inmenso en importancia, iluminó la noche en el Nacional, y, con su inspiración, metió a Perú en el repechaje.

Porque, valgan verdades, si bien los goles los hicieron Gianluca Lapadula y Yoshimar Yotún, los inventó Cueva. Su pase al delantero del Benevento fue una obra de arte: tres dedos, en cámara lenta, por encima de los centrales, y al pie derecho del ítalo-peruano, que marcó el gol más importante de su carrera.

Paraguay no se guardó nada: presionaba cada pelota como si fuera la última, como si se jugara algo más que el honor. Es lo que exige ponerse la camiseta de tu país. Aún así, Perú, algo desorientado luego del gol, supo aguantar: un palo de la visita estuvo a punto de silenciar el Nacional, que por lo demás fue una fiesta.

Minutos antes del descanso, Cueva volvió a frotar la lámpara: control riquelmiano, sombrero elegante y pase clave a Edison Flores, que encontró a Yoshimar Yotún en el área. El zurdo, con un movimiento plástico, definió de media tijera para superar a Silva y poner el 2-0, que funcionó de ansiolítico.

Segundo tiempo: control de daños

Con el 2-0 a favor, frente a una selección que lo buscaba más con garra que con ideas, todo estaba en manos de Perú. Si bien no tuvo mucho el balón, tampoco sufrió en su área. Renato Tapia, granítico en el mediocampo, y Luis Advíncula, una daga por la derecha, no permitieron que los paraguayos llegaran al área con peligro.

La charla de Gareca en el descanso surgió efecto en Sergio Peña, que había lucido impreciso y no falló un solo pase en la segunda parte. Cueva, inspirado, la cuidó e hizo jugar a los suyos. Lapadula pudo meter el tercero, pero el palo, por segunda vez, le dijo que no. No importaba: todo estaba ya definido.

Los últimos veinte minutos sobraron: Perú ya estaba con un pie en Qatar, y Paraguay ya pensaba en el 2026. La selección peruana, liderada por Cueva y Gareca, apoyada en la madurez de Tapia y Advíncula, impulsada por su gente, ha clasificado al repechaje para Qatar 2022, donde enfrentará a Australia o Emiratos Árabes Unidos. Pero esa es otra historia. Ahora, toca celebrar.