Perú toma viada

Si Perú buscaba un amistoso intenso y un rival agresivo para entrar en ritmo de cara al repechaje, lo encontró en Nueva Zelanda. Pese a sus evidentes limitaciones, el cuadro oceánico fue un hueso duro de roer y, a pesar de no haber llegado casi al área peruana, obligó a la selección a abrir una defensa muy cerrada y física para sacar un triunfo importante para la moral del equipo.

Como era de esperarse, los de Ricardo Gareca tuvieron la iniciativa desde el comienzo del partido. Con mucha paciencia, Perú armaba sus jugadas desde el fondo, rotando el balón por el medio, esperando encontrar espacios en la primera línea neozelandesa. Cueva y Carrillo se mostraron como los más peligrosos del ataque peruano, pero lucieron algo imprecisos en el último pase.

Tampoco ayudó la intrascendencia de Peña, casi siempre escondido detrás de algún volante rival, sin casi pedir la pelota para aliviar la presión a sus compañeros. Es alarmante, a estas alturas, la irregularidad del volante del Malmö, que no encadena dos buenos partidos desde que debutó en la selección. Quien sí estuvo a la altura del partido fue Aquino, siempre claro en el pase y para cortar las acciones de Nueva Zelanda.

La única situación clara de Perú en la primera parte fue un gran remate de Yotún desde fuera del área que pegó en el travesaño. Por lo demás, la blanquirroja no logró llegar con peligro, aunque Gallese tampoco tuvo trabajo.

Nueva Zelanda salió con algo más de intensidad en el segundo tiempo, pero no logró conservar el balón después de los primeros cinco o seis minutos, cuando Perú recuperó el control. A los 68′, Lapadula aprovechó un mal control del portero Sail, le robó el balón y marcó el primero con el arco descubierto. Era un gol merecido, tanto para el delantero como para su equipo.

Con el marcador a favor, y consciente de que mantenerlos en el campo era un riesgo dado el alto nivel de agresividad de los noezelandeses, Gareca sacó a varios titulares, pensando en el repechaje. Eso, naturalmente, terminó confundiendo un poco a la selección, que supo cuidar el resultado para llegar con viada y en buen ritmo al partido del 13 de junio, en el que se jugará la vida.