Varillas deja huella

Juan Pablo Varillas ilusionó a todo el Perú. La primera raqueta unió a 33 millones de connacionales para que siguieran su fascinante campaña en el Roland Garros, en cuyo escenario se hizo revelación al cargarse a tres oponentes duros. A todos ellos los llevó hasta el 5to set para salir victorioso. ‘Juanpi’ jamás bajó los brazos, nunca dio una manga por perdida y hasta se dio el lujo de dar cátedra ante la mirada de los peruanos que seguían su desempeño tanto en el afamado Court Philippe Chatrier como en las pantallas televisivas o señales de streaming. Verdaderamente -creo que hablo por todos- hemos quedado impresionados con la fuerza y tesón de Juan Pablo, un deportista guerrero que supo transitar todos los caminos -difíciles en su mayoría- para instalarse en un Grand Slam, llegando lejos, dando vuelta a los marcadores a y constituyéndose como una auténtica sorpresa.

Juan Pablo Varillas cerró su participación en el Roland Garros midiéndose contra Novak Djokovic.JULIEN DE ROSAAFP

Como un premio divino a su invaluable esfuerzo, el destino lo sembró frente al legendario Novak Djokovic, en unos históricos octavos de final, para medir su talento. El resultado fue duro, pero valioso porque de la derrotas se sacan las mayores lecciones para encarar la vida. De seguro la trayectoria de Varillas tendrá un nuevo comienzo a partir del choque contra Nole. No hay absolutamente nada que reprocharle. Al contrario, hay que aplaudirle de pie -así como lo hicieron allá en París- porque se marchó dando lo mejor de sí mismo, con la frente en alto y con la satisfacción de haber cumplido o incluso superado sus objetivos. Varillas deja huella en Francia. Varillas deja huella en Perú. Varillas deja huella en nosotros. Gracias, ‘Juanpi’.

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