Dos jugadores de la NFL, sin miedo a morir en el campo
Jamal Adams y Morris Claiborne, ambos de los New York Jets, se mostraron contundentes a la hora de valorar los riesgos de jugar al football profesional.
La NFL tiene un problema muy serio: es una liga de un deporte violento y peligroso. Los golpes en la cabeza se han demostrado excesivos como para tener muchas posibilidades de tener una vejez feliz. Y, aunque se han hecho muchos avances en seguridad, y más que se van a hacer, la cruda verdad es que el deporte nunca dejará de ser violento y peligroso. Por eso las retiradas se han multiplicado, los niños que empiezan a jugar al football son menos cada año y los temores viendo los partidos aumentan.
Eso no significa, por supuesto, que no haya atletas que quieran seguir jugando al football. De la misma manera que no han dejado de producirse accidentes mortales en deportes de motor, o de los llamados de aventura, y eso no los hace menos atractivos o no los deja desiertos de participantes. Bien al contrario: los amantes del riesgo, la velocidad y la adrenalina desbocada no parecen bajar con el tiempo.
Podemos encuadrar en estos últimos a dos jugadores de los New York Jets, de la secundaria de los New York Jets para ser precisos, que hoy han manifestado, en actos separados, que, para ellos, incluso morir en el campo estaría dentro de la ecuación que aceptan por jugar en la NFL.
Jamal Adams, espectacular safety que ha sido primera ronda del draft este año para el equipo de Nueva York, dijo respondiendo a una pregunta sobre los riesgos para su cerebro: "Si tuviese que escoger un lugar perfecto para morir sería en el campo de football".
Morris Claiborne, veterano cornerback llegado a los Jets procedente de los Dallas Cowboys, subrayó por su parte: "Mucha gente no me cree cuando digo esto pero esta es mi vida, lo doy todo en el campo, podría morir ahí, pero tengo que jugar, tengo que jugar".
Roger Goodell, comisionado de la NFL, se ha apresurado a aclarar estas dos formas de expresarse diciendo que los jugadores lo que muestran es su pasión por el juego y lo mucho que lo aman, y que no hablan en un sentido estricto sino figurado.
Lo cierto es que el tema, sin llegar a ser tan dramático, es de absoluta actualidad en la NFL, y lo va a seguir siendo durante mucho tiempo. Los jugadores ya no pueden alegar desconocimiento de los riesgos que comporta practicar su deporte y, por lo tanto, pasa a ser una decisión personal y consciente si quieren seguir haciéndolo. Y nosotros si queremos seguir viéndolo.