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FPF

Reventa de entradas, el último tumor del fútbol peruano

La propia FPF ha acabado con el último escándalo ilegal del fútbol en Perú: reventa de entradas para partidos clasificatorios al último Mundial de Rusia.

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Reventa de entradas, el último tumor del fútbol peruano

Un día tenía que reventar. Esto de una presunta organización clandestina para la reventa de entradas, no es algo nuevo. Lo que sí es nuevo es que la misma Federación Peruana de Fútbol a través de su Gerencia de Integridad, entidad autónoma liderada por Ángel Suárez, sugirió contratar a una empresa de seguridad que profundizara la detección de irregularidades en toda esta red traficante de un activo que le pertenece a la FPF y por lo tanto, a FIFA. No había sido todo claro para el Perú - Brasil y todos los partidos sucesivos hasta el Perú - Nueva Zelanda fueron minuciosamente observados.

El seguimiento se hizo y la empresa contratada, All Security, emitió un informe que implica en una red de reventa a seis altos directivos de la entidad rectora local y ahora CONMEBOL, tras recibir el informe, tomará decisiones que van desde suspensiones individuales hasta la eventual confección de una comisión transitoria que convoque a elecciones en un plazo máximo de seis meses. Gravísimo. FIFA, a través de CONMEBOL y a su vez de la FPF, son dueños del espectáculo y de sus ingresos. A ellos -según lo difundido- les han estado sacando vuelta. Tanto como a la afición y a la sociedad futbolística local.

Que les digo, ¿que me sorprende? No. ¿Que no se sabía? Tampoco. Se sabía de una serie de personajes que llevaban los talonarios cada fin de semana o en cada ocasión de fútbol internacional y se ocupaban de la transacción; pero nunca hubo formalmente ningún elemento que, producto del control interno, incriminara a altos directivos. Enhorabuena por el informe y si los culpables son severamente castigados. Lo que no debe olvidarse, fuera de lo indignante y vergonzoso de todo esto, es que para conocerse la verdad y ser denunciada ante las entidades superiores, no ha sido necesaria ninguna intervención política, ni injerencia gubernamental.

Ha sido la misma FPF la que tomó la decisión de romper con una práctica delictiva, perniciosa y directamente contaminante para el fútbol. Que se siga el hilo de la madeja hasta las últimas consecuencias. Que se identifique responsables y se sancione en lo deportivo y en lo penal si es necesario. El fútbol para hacerse competitivo tiene que formarse sobre sólidos valores morales. Y si bien estamos en un país en que esos valores ya escasean, a nivel deportivo es imprescindible que se rescaten los buenos oficios, el juego limpio, el FairPlay en la gestión.

Ese tiene que ser ese el mensaje que llegue, con el ejemplo, a los deportistas y futbolistas en particular, que se forman. Que las cosas se tienen que hacer correctamente y que en esta actividad, los tramposos y corruptos tienen que ser extirpados. Tengan el nombre o la importancia jerárquica que tengan. Si no hay convicción en esto, todo esfuerzo en lo deportivo será insuficiente. Que el fútbol peruano se cure -dentro de todo- en medio de su ya precaria salud.