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SPORTING CRISTAL

Crónica de una aventura más larga de lo esperado

Si bien la eliminación de la Sudamericana fue dolorosa, Sporting Cristal llegó mucho más lejos de lo que se preveía en los torneos continentales.

Actualizado a
Sporting Cristal's Brazilian coach Tiago Nunes (L) gives instructions to players as they celebrate after teammate Jhilmar Lora (covered) scored his team's first goal during the Copa Libertadores group stage first leg football match between Peru's Sporting Cristal and Bolivia's The Strongest, at the National stadium in Lima, on May 2, 2023. (Photo by CRIS BOURONCLE / AFP)
CRIS BOURONCLEAFP

Hay distintas formas de irse eliminado de un certamen deportivo. Muchísimas: a veces por la puerta falsa, provocando una batalla campal, comiéndose una goleada, como último en su grupo, o luchando hasta el final. Sporting Cristal hizo lo último: estuvo a centímetros de forzar los penales ante Emelec, pero Washington Corozo definió mal y todo terminó ahí. Pero ese “todo” es lo que merece la pena explicar, dada la larguísima aventura que iniciaron los celestes en febrero.

“Todo” comenzó en Asunción, en la Fase 2 de la Copa Libertadores. Al quedar como el tercer equipo peruano mejor clasificado, Cristal tenía que ganar dos eliminatorias para poder participar en la fase de grupos, algo que nunca había logrado. El primer obstáculo se hizo pesado: Nacional se hizo fuerte en el Defensores del Chaco y se impuso por 2-0 en la ida, con un desmoralizante gol sobre el final del primer partido.

Tiago Nunes, que recién empezaba a cogerle el ritmo al fútbol peruano, tenía que remar contra la corriente. Y lo logró: los cerveceros aplastaron a Nacional en Lima con un 5-1 categórico e ilusionante, que los clasificó a la última ronda previa. Ahí, enfrentarían a un rival de otra categoría: el Huracán argentino.

En Buenos Aires, los rimenses jugaron con el cuchillo entre los dientes: liderada por Ignácio Da Silva, que empezaba a consolidarse como el mejor jugador del equipo, la defensa peruana se hizo sólida y consiguió aguantar el cero. Había que ganar en Lima. En el Nacional, en un partido tenso y parejo, apareció en el 97′ Irven Ávila, con un gol que hizo delirar a la hinchada celeste: Cristal clasificó en el último minuto a la fase de grupos de la Copa Libertadores.

Grupo de la muerte

Ubicado en el bombo 4, era muy probable que Sporting Cristal aterrizara en un grupo muy complejo. Así fue: Fluminense, River Plate y The Strongest completaban la zona. Un equipo brasileño de autor, el mejor equipo argentino de la última década y un gigante boliviano que juega de local en La Paz, infierno de campo si los hay.

Los de Nunes no empezaron bien: se vieron superados por un inmensamente mejor Fluminense en el Nacional en el debut, y luego cayeron sin atenuantes ante River en Buenos Aires a pesar de jugar con un futbolista más durante casi una hora. Después de esa derrota, el técnico brasileño dejó claro que el rival a vencer era The Strongest, y que la consigna más realista era intentar conseguir la clasificación a la Sudamericana.

En Lima, ante los bolivianos, Jhilmar Lora pudo conseguir el triunfo con un buen gol al minuto 80, en un partido cerrado y muy complejo. Pero para pensar en clasificar a octavos había que superar a River en el Nacional, lo cual estuvo muy cerca de pasar. Joao Grimaldo pudo romper el empate a segundos del final, pero su definición cruzada se fue al palo. Todo dependía de lo que sucediera en La Paz.

Ahí se produjo esa suerte de milagro que necesitaba Cristal para seguir vivo. A pesar de perder a Gianfranco Chávez por expulsión al minuto 31, y de hallarse por debajo en el marcador, los peruanos remontaron y, gracias a un gol de Corozo a diez del final, lograron el improbable triunfo en el Hernando Siles.

El grupo quedó tan cerrado que los cuatro equipos tenían chances de clasificar a octavos en la última jornada. La única forma de hacerlo para Cristal era superando al Fluminense en el Maracaná. No estuvo tan lejos: de hecho, el cuadro brasileño terminó pidiendo la hora, pero logró empatar y pasar primero. Los rimenses aseguraron su pase a la Sudamericana, donde terminaron cayendo ante Emelec por 0-1 en el global.

Hay formas de irse. Hay formas de perder. Hay maneras de decepcionarse. Pero no todas las derrotas suponen un fracaso deportivo: la campaña de Sporting Cristal en su aventura continental ha sido mucho mejor de lo que se esperaba. Para un equipo joven con un técnico nuevo, esas son buenas noticias.