Los errores de Compagnucci

Dos derrotas consecutivas, una de visita, ante un equipo accesible, y otra de local, ante el rival de toda la vida, ponen a Carlos Compagnucci contra las cuerdas. La historia también: de no campeonar este año, Universitario habrá pasado diez años sin conseguir el título nacional, demasiado tiempo para uno de los gigantes del fútbol peruano.

La hinchada crema no es la más paciente, y lo dejó claro sobre el final del Clásico del domingo, cuando, en otras palabras menos amistosas, pidió más esfuerzo de los jugadores y del cuerpo técnico. En ese sentido, además de a los futbolistas, se le pueden criticar decisiones u omisiones puntuales a Compagnucci, quien fue superado tácticamente por Guillermo Salas y a quien le faltó reacción.

Los errores de Compagnucci en el Clásico

Un planteamiento deficiente

Si bien, en el papel, el once de Universitario parecía potable, lo cierto es que el plan de juego no lo fue. Los locales salieron a comerse al rival con mucha más intensidad que ideas o creatividad. La ‘U’ fue todo presión -garra- y poca cabeza. Empezando por las salidas: pelotazos largos a Valera, Rivera o Polo, que siempre perdieron contra los centrales aliancistas, mucho más curtidos en el juego aéreo.

Los ataques cremas fueron mayoritariamente por la banda izquierda: Cabanillas y Rivera combinaron bien en un par de ocasiones, pero, cuando se hizo evidente que el lado derecho de la ofensiva de la ‘U’ no tenía acción, Alianza colocó bien a sus hombres para contener al tándem mencionado anteriormente. Los locales llegaron, pero sin demasiada claridad.

Ausencias en el once

Aunque, como mencionamos en el primer punto, la alineación que presentó Compagnucci tenía cierto sentido, lo que no lo tuvo fueron dos ausencias puntuales: las de Quispe y Urruti. El joven volante creativo y el extremo uruguayo no han sido titulares en lo que va del año, pero, ante un Alianza que defiende con orden, su rebeldía y capacidad de decisión cerca del área rival se hicieron extrañar.

De hecho, Urruti ingresó y marcó el gol del descuento, mientras que Quispe generó desorden en el mediocampo de los visitantes, que, en el segundo tiempo, optaron por resolver ese problema cortando con faltas, algo que el pequeño futbolista formado en Campo Mar provocó también con su chispa. No se entiende, a estas alturas, que Quispe y Urruti no sean titulares en la ‘U’.

¿Por qué salieron Pérez Guedes y Rivera?

Luego de que Alianza marcara el 2-0, Compagnucci decidió hacer los primeros cambios en Universitario. Era evidente que su equipo necesitaba revulsivos desde el banquillo, pero pareciera que se equivocó a la hora de elegir a quiénes reemplazarían. El técnico argentino metió a Succar y Urruti, pero sacó a Rivera y Pérez Guedes, dos de los futbolistas que habían generado más peligro en el Clásico.

De hecho, el ingreso de Succar -que se había ganado una amarilla desde el banco por reclamarle al árbitro- provocó que el ataque de la ‘U’ se desordenara: Valera tuvo que salir demasiado del área, lo que le restó peligro a su presencia ofensiva. Luego fue reemplazado por Herrera, que todavía no parece estar en forma.

Polo, ¿indiscutible?

Uno de los caprichos de la directiva de Universitario y de Carlos Compagnucci tiene nombre y apellido: Andy Polo. El extremo derecho llegó el año pasado en medio de una denuncia -y posterior sentencia- por maltratos de su expareja, pero el club hizo caso omiso y lo mantuvo en el primer equipo, incluso a pesar de que su rendimiento casi nunca estuvo a la altura de las expectativas.

Polo volvió a decepcionar en el Clásico. Absolutamente superado por Lagos -un futbolista que, en el papel, debería sufrir con la velocidad del extremo crema-, no logró desbordar ni sacar centros peligrosos. También falló en la pelota parada, y terminó jugando de lateral derecho. Polo ha jugado los 180 minutos que la ‘U’ ha disputado este año: es indiscutible para Compagnucci. La pregunta es por qué.