Sin tiempo para lamentos
Luego de una dolorosa derrota ante Nacional, Cristal tiene un calendario apretado para recomponerse. La operación remontada empieza este viernes en Cusco, ante Binacional.
El inicio de temporada no ha sido favorable para Sporting Cristal. Siete puntos en tres fechas de la Liga 1 no suenan mal, pero, teniendo en cuenta que tres fueron porque Alianza Lima no se presentó, y que se dejó empatar sobre el final ante Mannucci, las sensaciones no son buenas. Si a eso se le suma la dura derrota por 2-0 ante Nacional, por la ida de la Fase 2 de la Copa Libertadores, el cuadro celeste debe remar contra la corriente.
La caída en Asunción ha sentado muy mal en La Florida. Con las ilusiones renovadas por la llegada de Tiago Nunes como director técnico, además de una campaña de fichajes que a priori lucía interesante, la Copa Libertadores era la primera prueba de fuego del nuevo plantel rimense, y, de momento, la ha reprobado.
Si bien el 0-2 es, en el papel, un resultado remontable, lo que mostró Cristal en el Defensores del Chaco no invita a ilusionarse. El equipo se mostró lento, sin ideas, y frágil en defensa, algo a lo que los hinchas están lamentablemente acostumbrados cuando los celestes salen del país. Además, Nunes solo utilizó a uno de los refuerzos -Ignacio Da Silva- desde el inicio, mientras que los demás entraron tarde y no tuvieron tiempo para impactar el resultado ante Nacional.
Un calendario complejo
Nunes señaló, luego de la derrota en Paraguay, que el equipo tuvo poco tiempo de preparación -lo cual es cierto-, pero que confía en que se puede remontar en Lima. Más allá de eso, y antes de recibir a Nacional, Cristal deberá primero viajar al Cusco, donde enfrentará al Binacional este viernes. Es una primera parada muy complicada de cara al duelo de Libertadores.
Después de recibir al cuadro paraguayo en la capital, el próximo martes, los bajopontinos recibirán a ADT, el fin de semana, y viajarán de vuelta al Cusco, una semana después, para chocar ante el Deportivo Garcilaso. Son dos duelos en altura, un choque de Libertadores y un partido medianamente accesible en el Alberto Gallardo, una agenda muy compleja en la que pueden reencauzar la temporada o meterse en serios problemas.