Urruti recupera su fútbol

Observaba con atención el desarrollo del partido, ese que marcaba el debut de Universitario en una convulsionada liga que, hoy por hoy, se ha vuelto en una clara obsesión para acabar con la década de sequía de títulos. Aparentemente el cotejo estaba cerrado con un marcador 2-0 contra la Academia Cantolao, pero igual le dieron su oportunidad: Luis Urruti saltaba a la hierba del Monumental en reemplazo de Pérez Guedes y por arte de magia el score se haría más grueso.

Al ‘81, Alex Valera establecía la goleada en un recinto vacío, pero con fuerte presencia crema tanto en cuerpo técnico, directivos y periodistas partidarios. Esa anotación tan solo era el preludio para lo que llegaría después por obra y gracias de ‘Tito’. Ya con el tiempo vencido y a escasos segundos del cierre, se le sancionó un saque de falta a favor de la ‘U’. La distancia era algo lejana. Aun así, el ‘11′ pidió la pelota con mucha seguridad, la acomodó, retrocedió un poquito y la mandó a guardar a la escuadra con un imponente golpeo.

Gritos desaforados en la zona técnica y alaridos en un espacio del recinto de Ate. Todos desde sus respectivos lugares se unían en una sola voz para festejar la conquista de Urruti, que prácticamente fue un calco de la realizada en la noche poeta contra la Universidad César Vallejo. Dos de dos en cuanto a tiros libres, la soberana especialidad de un deportista que se vio postergado por más de un semestre por culpa de una pérfida lesión que lo apartó de los gramados. Hoy la historia es diferente. Tito se ha recuperado o mejor dicho, el fútbol lo ha recuperado.