SELECCIÓN
La opinión de Eddie: "'Dobroye Utro': con Perú se siente distinto"
Eddie Fleischman explica las sensaciones previas al sorteo del Mundial de Rusia, luego de 36 años sin estar en una cita mundialista.
Estamos en pleno vuelo de Amsterdam a Moscú, capital rusa y sede del que será en dos días, el sorteo de la Copa del Mundo 2018. Nos espera la majestuosidad del país, de su capital y del Kremlin, inmejorable escenario para el evento. Y vienen a la cabeza muchos pensamientos.
El primero de ellos, de incredulidad, por estar por fin, en la antesala del primer paso del vigésimo primer mundial y otra vez con Perú como protagonista. Pasaron para el suscrito, 25 años de carrera profesional en el mundo de la prensa deportiva y seis mundiales comentados y transmitidos en el camino. Siempre con la pregunta martillando la mente: ¿cuando será con Perú? Y llegó la ocasión.
En las redes sociales no cesan las especulaciones. Si es mejor enfrentar al local Rusia, porque al "anfitrión siempre le tocan grupos accesibles"; si es mejor enfrentar a Francia o a Alemania, "porque enfrentar a los más fuertes en primera ronda, puede permitir un rival de menor nivel en octavos"; o si lo conveniente es que nos envíen a los grupos con Suiza o Polonia como cabezas de serie, por ser "selecciones con menos cartel que otras".
Honestamente, me da igual. Se rompió el maleficio de no poder acceder durante 36 años a los mundiales y eso es lo más importante. La descompresión que ello implica puede ser el factor más trascendental de haber clasificado: poder tener un punto de partida de entusiasmo y atmósfera favorable para la toma de decisiones radicales que, por fin, conviertan al fútbol de nuestro país, en uno competitivo en el tiempo. A nivel de clubes y de selección, en categorías absolutas y de menores también. No es poco, pero es más importante que pasar o no la primera fase del mundial ruso.
Perú debe ir al torneo a disfrutar aprendiendo y creciendo, a competir con la misma sencillez, convicción y determinación con que logró meterse en esta élite. Sin complejos, sin temores y sin mirar a ningún rival por encima del hombro. Solo a competir y a hacerlo bien. Después, los resultados, como siempre serán consecuencia del juego y los insospechados rumbos que las pequeñas circunstancias del mismo, pueden ofrecer.
Si queremos revisar la historia, seguramente muchos querrán enfrentar a la blanquirroja. Después de todo, en Uruguay '30, enfrentó -y perdió 0-1- ante la selección local, a la postre campeona. En México '70 enfrentó y cayó dignamente 2-4 ante el "scratch" de Pelé, finalmente tricampeón en tierra azteca. En Argentina '78 se despidió con un vergonzoso 0-6 ante los anfitriones en el año de su primera corona. Y en España '82, su última participación, terminó 1-1 en un partido que, con un arbitraje equilibrado, debió ganar ante la Italia de Bearzot, que se tituló por tercera vez, 44 años después del bicampeonato que alcanzó en Francia '38.
Así está escrito. En sus cuatro participaciones Perú siempre tuvo al frente al campeón del torneo. Pues bien, hagan sus apuestas. El viernes cuando se definan los grupos, ¿estará otra vez la selección de esa hermosa franja roja al pecho, ante el futuro campeón?
El tiempo lo dirá, pero recorrer la historia, sentir la adrenalina de lo que suceda en el Kremlin y encontrar curiosidades como estas, es un hermoso juego que, a algo más de seis meses de que ruede la Telstar por los campos rusos, empezamos a disfrutar. Como ocultarlo: los mundiales constituyen el evento más hermoso que convoca al ser humano; pero ahora con Perú, no duden que este pecho lo siente distinto.