Los de Montella ya están en cuartos de Copa. Ganaron en un partido de trámite a un Cádiz de suplentes con goles de Ben Yedder y Correa. Álvaro acortó distancias.
El Sevilla pasó, sólo a medias eso sí, el luto del derbi con una victoria de trámite ante el Cádiz que le hace cuartofinalista de Copa. Los goles de Ben Yedder y Correa certificaron un pase encarrilado ya en el Carranza y con un parcial revelador: 4-1. En el fondo, el partido era un estorbo para los dos equipos. El Cádiz no alineó a ninguna de sus estrellas porque su cabeza está en la Liga y el sueño del ascenso. El Sevilla se enfrentaba al riguroso escrutinio del Sánchez Pizjuán en una tarde fría. No era un partido fácil de jugar y, por un momento, cuando Barral remató al travesaño en el minuto 17 después de una pérdida absurda de Geis, pintó a mucho peor para los de Montella.
El Sevilla despertó a lomos de Banega, jugador que parece un escalón por encima del resto de la plantilla. El argentino monopolizó el juego y dio de comer a Sarabia, Correa y Ben Yedder. Uno de los jugadores más discutidos, Carole, inició la acción del 1-0. El francés, que fue puesto en evidencia por Traoré en una carrera que reveló su fragilidad en el sprint, sí habilitó bien a Correa. El argentino se estrelló en Rubén Yáñez, de lo mejor del Cádiz. Pero Ben Yedder hizo un tranquilizador 1-0al que luego Correa daría cierto brillo con un bonito gol de córner tras el cual pidió perdón…, nadie supo a quién.
Pero el partido no iba a acabar sin una demostración más de debilidad del Sevilla. Álvaro García, un extremo zurdo velocísimo que pronto va a dar noticias en la élite y por el que ya se pelean clubes de alto rango en Europa, hizo temblar la línea defensiva del no hace tanto inexpugnable Sevilla. Hizo el 2-1 y no empató de milagro entre las dudas de Sergio Rico. El Sevilla pasó, pero los murmullos y la sensación de que es fragilísimo siguen inamovibles en Nervión.
Montella: "Cambiar los pitos por aplausos tiene que ser nuestro estímulo"
Valoración: Empezamos muy bien y muy compactos. Luego tuvimos errores banales que le dieron ocasiones al rival. La clasificación y la victoria son merecidas pero tenemos que mejorar los errores que hemos cometido.
Pitos de la grada: Lo he hablado con los chicos en el vestuario. Lo teníamos que aceptar pero creo que no hay un estímulo más grande para un futbolista que convertir dichos pitos en aplausos y eso es lo que tenemos que conseguir a base de trabajo.
Mal ambiente: No es mejor jugar fuera. Para revertir esta situación hay que trabajar. Me encanta jugar delante de esta afición y hay que convertir los silbidos en aplausos.
¿Qué falta? Llevo aquí poco tiempo y estamos haciendo pocos entrenamientos porque jugamos cada tres días. Veo muchísima calidad en la plantilla, tenemos que trabajar pero yo estoy contento.
