Porque, con todos sus delirios de grandeza y tal, su nombre aparece rápido al pensar en los tres jugadores más decisivos del mundo. En el Barcelona, a la sombra del gigante Messi, entraba y salía, según se le diese, de ese podio en el que ya se ha reservado una plaza fija. También en el Barcelona, a la sombra del gigante Messi, se fogueó para ahora, en lo que muchos llaman final anticipada, ser cabeza de cartel.
Ante el Madrid ha participado en un gol cada 85 minutos
Neymar visita Madrid como el gallo del corral y con la experiencia de algunos tiros dados ante los blancos, contra los que no se arruga: ha participado en ocho tantos en ocho encuentros frente a ellos. En su estreno en un Clásico, 2-1 en el Camp Nou, hizo el primero y asistió en el segundo. Esa misma Liga dio dos pases de gol en el 3-4 del Bernabéu, aunque después Bale se llevara todo el protagonismo en la final de Copa. En los siguientes Barça-Madrid y Madrid-Barça ligueros, cinco en total, sumó dos dianas y repartió dos asistencias más. En total, de Barcelona a París se llevó cinco victorias, tres derrotas y un empate, casi siempre dejando su sello. El miércoles le llega otra oportunidad para seguir asentándose en esa costumbre. Por ganas no será...