SELECCIÓN
Con la cabeza bien alta
La selección peruana se despide del Mundial de Rusia 2018 tras caer en sus dos primeros partidos, ante Dinamarca y Francia, pese a dejar buenas sensaciones.
Perú regresaba a un Mundial después de 36 años tras superar todos los inconvenientes que se fue encontrando en el camino. Tras un espectacular final de Eliminatorias Sudamericanas, los de Gareca lograron la quinta plaza en la CONMEBOL, accediendo a la repesca para jugarse su presencia en Rusia frente a Nueva Zelanda. Con Paolo Guerrero, su capitán y estrella, recién sancionado, Farfán se echó el equipo a la espalda para volver a colar a la Blanquirroja en una cita mundialista. Pero el sueño acabó pronto, demasiado pronto.
La selección peruana llegó al Mundial con la etiqueta de 'cenicienta' para la mayoría del público, un equipo que apenas pondría problemas a las grandes y se iría fuera a las primeras de cambio. Y pese a que esto último se ha cumplido, la visión del mundo del fútbol sobre Perú ha cambiado por completo. La Bicolor fue mucho mejor a Dinamarca en el primer partido, desperdiciando un penalti que pudo haberlo cambio todo en las botas de Cueva, y perdonando demasiado, antes y después de que Paolo Guerrero, indultado para la ocasión por el Tribunal Federal suizo, saltara al terreno de juego. La imagen al final del partido de los jugadores peruanos, exhaustos y destrozados moralmente sobre el césped, demostró una vez más que el fútbol no siempre es justo.
Ya en el segundo partido frente a Francia, con la ausencia de Renato Tapia y Guerrero entrando de inicio por Farfán, Perú no fue capaz de lograr la machada. El propio '9' peruano tuvo la ocasión más clara, aún con empate a cero, desperdiciando un mano a mano ante Lloris. Ya por debajo en el marcador, Aquino mandó un balón al larguero, demostrando que cuando la pelota no quiere entrar, no lo hace. La selección peruana murió luchando ante una de las favoritas, dejando un buen sabor de boca y la sensación de que en un torneo grande no puedes fallar tanto, incapaz de ver puerta en los 180 primeros minutos de este Mundial que han acabado resultando letales.
Pese a la gran desilusión de un pueblo que se había volcado con los suyos, hay que destacar el buen hacer de la Blanquirroja, una de las selecciones que demostró mayor carácter al buscar el ataque una y otra vez. Esto debe servir de lección, con la buena imagen no vale y la efectividad es fundamental. Las generaciones venideras dan motivos para la esperanza y 36 años después, y pese a caer a las primeras de cambio, Perú se irá de Rusia con la cabeza bien alta.