NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

SELECCIÓN

La opinión de Eddie: aún perdiendo, esto recién empieza

Era de esperar que le costara al equipo de Gareca luego de 36 años y con un equipo al que no le sobra nada pero que aprendió, desde lo colectivo, a competir al más alto nivel.

Actualizado a
La opinión de Eddie: aún perdiendo, esto recién empieza

La selección peruana de fútbol tuvo su segunda presentación en el mundial Rusia 2018 y tras la derrota ajustada ante Francia por 0-1 y aún con el duelo pendiente ante Australia, quedó eliminada de la competencia.

Un partido parecido en el trámite al que supuso la derrota por el mismo marcador ante Dinamarca. Con un equipo peruano intentando asumir el protagonismo a través del buen manejo de la pelota, de la intención de desequilibrar por el medio y por bandas en espacios reducidos y con la pelota ras del piso, pero con el mismo problema en ambos partidos: su poca contundencia ofensiva. Era de esperar que le costara al equipo de Gareca una competencia de élite a la que vuelve luego de 36 años y con un equipo al que no le sobra nada pero que aprendió desde lo colectivo, a competir al más alto nivel.

En ambos partidos un error en la salida le permitió al rival recuperar la pelota y encontrar la defensa descompensada para aprovechar, en un caso, Poulsen y en el otro, Mbappé para darle a sus selecciones sendas victorias que parecían excesivos premios y al mismo tiempo un duro castigo para la generosa propuesta de Perú.

En el fútbol, lo hemos visto centenas de veces, son las pequeñas circunstancias las que definen los resultados de los partidos, cuando estos son muy cerrados. Se podría decir que si Cueva no erraba el penal ante Dinamarca, toda la historia de este grupo cambiaba, pero el fútbol es así. 

En un momento doloroso por una eliminación rápida luego de una gran expectativa generada, caben algunas reflexiones con respecto a lo hecho por el equipo de Gareca:

Perú volvió para dejar huella, compitió bien, dejó buena imagen y empezó a cimentar un camino que no debe detenerse.

En el deporte, nada empieza y termina en un torneo. Es una dinámica permanente, incontenible y que debe generar en Perú un círculo virtuoso de ambiciones y competencia interna que hace mucho no teníamos.

Lo que este equipo logró en cuanto a la unión del país en torno a la blanquirroja, el fervor del aliento de su gente allí donde jugara, no debe terminar y si sabemos sostenerlo habremos logrado, como país, un triunfo mucho más importante que el estrictamente deportivo.

El objetivo central ahora deberá ser lograr la renovación con Ricardo Gareca, tomar enseñanzas de esta presencia mundialista, mejorar todo lo deficiente en nuestro fútbol doméstico y entender que cada día, cada partido y cada torneo representan nuevos desafíos y que tienen que llevarnos de forma obsesiva a intentar ser mejores.

En Septiembre, se vienen los amistosos ante Alemania y Holanda, el próximo año la Copa América de Brasil y el inicio de las eliminatorias para el mundial 2022. Perú pegó un salto de calidad incuestionable metiéndose en una élite de la cual ya no debe salir si sigue haciendo las cosas bien.

Como dijimos el día en que se logró la clasificación con la victoria ante Nueva Zelanda: estamos de vuelta, levantamos la valla, ahora no hay que detenernos en alcanzar nuevas metas.