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PERÚ

Las horas difíciles de Oviedo

La FPF vive días alterados y flota sobre aguas turbulentas. El mandatario del fútbol peruano puede sufrir problemas judiciales graves en las próximas semanas.

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La FPF vive días alterados y flota sobre aguas turbulentas. El mandatario del fútbol peruano puede sufrir problemas judiciales graves en las próximas semanas.

La FPF vive días alterados y flota sobre aguas turbulentas. El empresario Antonio Camayo, presunto integrante de una red delictiva que venía purgando prisión preventiva, fue liberado tras haberse acogido a la opción de la colaboración eficaz, que le permitirá, si brinda información valiosa y constatable, afrontar su proceso fuera del penal en el que estaba recluido.

De acuerdo a los trascendidos, el mencionado empresario habría otorgado información, por ser corroborada aún, que comprometería a Edwin Oviedo, presidente de la FPF y también a la lideresa política Keiko Fujimori. No se conoce al detalle de qué información se trata, pero si que Fujimori fue detenida hoy, que está en prisión preventiva y que una suerte similar podría correr el más alto directivo del fútbol local próximamente.

Camayo es investigado por los presuntos delitos de lavado de activos y crimen organizado. Protagonizó junto al destituido juez César Hinostroza, un audio que revelaría irregularidades en el sistema de justicia y que habrían favorecido de forma indebida, entre muchos otros, a Oviedo, hoy inmerso en un proceso penal en el que se le involucra con una serie de delitos presuntamente cometidos en su actividad empresarial azucarera en el norte del país.

En las próximas horas o días se debería conocer más detalle y si es que se presenta la necesidad de que algún otro miembro del directorio de FPF tenga que asumir el cargo de Oviedo. Ello podría suponer que, previo cambio estatutario exigido por Conmebol y FIFA, se convoque a nuevas elecciones en la entidad lo antes posible.

Hasta este momento las actividades de la Federación Peruana de Fútbol no se han visto alteradas y se ha logrado blindar toda la gestión deportiva y aislarla de los problemas que, a nivel administrativo, el proceso de Oviedo pudieran provocar.

Por ahora, lo que cabe es simplemente esperar lo que decide la justicia con respecto al mencionado directivo y aguardar que con Oviedo o sin él, las muy buenas políticas adoptadas recientemente en la FPF sigan su curso inalterable.

Claro que, para ello, las aguas hoy agitadas sobre las que navega el fútbol peruano, tendrán que aquietarse. Y eso puede no ser tan sencillo.