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SELECCIÓN

Perú: lo que tiene y lo que falta

Transcurrida una nueva fecha FIFA hay muchas conclusiones que la pareja de partidos y las decisiones tomadas por Gareca en los mismos, permiten rescatar.

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Transcurrida una nueva fecha FIFA hay muchas conclusiones que la pareja de partidos y las decisiones tomadas por Gareca en los mismos, permiten rescatar.
David Butler IIUSA TODAY Sports

Transcurrida una nueva fecha FIFA en la cual Perú tuvo dos presentaciones en los Estados Unidos hay muchas conclusiones que la pareja de partidos y las decisiones tomadas por Gareca en los mismos, permiten rescatar.

Ante Chile, una actuación convincente, solvente, demostrando que la idea del juego colectivo se va aprendiendo cada vez mejor y con algunas individualidades que ratifican su calidad.

En ese primer encuentro Perú supo zafar de la presión que por momentos Chile intentó imprimir, a partir del toque, la movilidad y el pase entre líneas. Costó abrir el marcador pero una vez logrado el equipo impuso su dominio, manejó bien la pelota, fue firme en el fondo y lo liquidó con un marcador cómodo, reflejo de lo que había sido el trámite del partido. Más allá de que Chile se encuentra en un proceso de renovación y bajo la conducción de un entrenador con pensamiento distinto a los que había tenido recientemente, debe valorarse que cuando uno enfrenta a un rival tradicional y habitualmente fuerte, que presenta una coyuntura con carencias y dudas, debe superarlo y Perú cumplió con la tarea cabalmente, sin atenuantes y con autoridad.

Para el partido ante la nueva selección de Estados Unidos, con promedio de edad que no supera los 23 años, el comando técnico tomó la oportuna decisión de introducir cambios en el cuadro titular, darle minutos algunos futbolistas que no habían sido vistos lo suficiente y evaluar cómo funciona la idea colectiva con otros intérpretes.

Se puso en evidencia que aún habiendo operado seis cambios, el equipo tiene claro qué quiere, cuáles son sus caminos y a qué juega. El asunto está en que con ese nuevo once y conociendo su libreto, el funcionamiento disminuyó, se perdió fluidez, asomaron desequilibrios y no se tuvo contundencia en ataque. El motivo: los ejecutores y sus recursos técnicos, no eran los mismos. La selección peruana no tiene aún dos futbolistas para cada posición que rindan al mismo nivel y ello quedó en evidencia. En la defensa, la presencia de Callens junto a Ramos, requiere de mayor acople en una zona en la que la buena actuación de uno, suele depender de la buena actuación del otro. Los centrales deben evaluarse en pareja y en ese sentido, se perdió firmeza y claridad en la salida. Loyola como lateral izquierdo, no tiene la sólida marca ni la sutileza con el balón que ofrece Trauco, tuvo poco atrevimiento para encarar y desbordar y lo suyo anoche fue de poco carácter y nivel discreto. Debe evolucionar mucho más y mientras tanto se debe, creo, probar otras opciones. En el medio, quedó demostrado que la tarea de enlazar la zona posterior con los de avanzada le quedó grande a Peña, tanto que el equipo creció enormemente cuando ingresó allí Yotún y demostró amplia diferencia con su aporte. Dentro de los que respondieron fue grato ver a un recargado Andy Polo, con recorridos largos, tácticamente ordenado, con potencia y velocidad, buen remate a puerta y en general, una participación más activa y madura en la construcción de ataques. Asistió además a Aquino para un gol ante Chile y a Flores para el 1-1 ante EEUU. No es poco.

El partido en Connecticut además demostró que Hurtado no debe ser el sustituto de Cueva para jugar detrás del 9. El jugador del Konyaspor turco aporta potencia, desborde, llegada al área por bandas y en diagonal, pero carece del desequilibrio individual en espacio reducido del medio ofensivo del conjunto ruso. No tiene tampoco la capacidad de improvisar para generar la descarga profunda y abrir caminos al gol. En esa posición hubiera sido oportuno ver a Benavente, pero una lesión lo marginó y sería bueno poderlo ver en esa función en alguno de los duelos de Noviembre. Queda finalmente la preocupación por la poca pegada del equipo en ataque. Ruidíaz, a pesar de su buen momento en la MLS no tiene las cualidades de Guerrero o Farfán y deja la impresión de ser muy liviano para aspirar a algo más que encontrar balones sueltos en el área. Lo suyo pesa más cuando Perú puede jugar contraatacando que saliendo a buscar con un rival metido atrás y con pocos espacios a disposición.

En resumen, dos muy buenos exámenes por la información que se puede obtener de ellos.

En mi opinión, queda claro que Perú completo puede competir bien ante cualquier selección, que su funcionamiento no se resiente si debe operar un par de cambios; pero también, que se evidenció que la plantilla completa aún no es lo suficientemente pareja para sostener su productividad si no están sus referentes más importantes. Se sigue avanzando, Perú podrá seguir creciendo, pero ante las exigencias que se avecinan, es imprescindible que el universo de futbolistas de alta competencia se amplíe. Esa debe ser la tarea principal -y nada sencilla- en los próximos meses.