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BRASIL - PERÚ

Así ha jugado Brasil en su camino a la final

El próximo rival de Perú ha sido el equipo más sólido del certamen: no ha perdido un partido y no ha encajado goles.

Soccer Football - Copa America - Brazil Training - Presidente Luiz Cravalho, Porto Alegre, Brazil - June 26, 2019               Brazil coach Tite and his team during training   REUTERS/Henry Romero
HENRY ROMEROREUTERS

Tite tiene todas las de ganar y lo sabe. También sabe que un fracaso en la final, sobre todo por la superioridad de su plantel en comparación al de Perú, sería casi una tragedia nacional, una que se sumaría al papelón del 1-7 frente a los alemanes. Toda la presión, en ese sentido, estará sobre los hombros de su selección, que quiere deshacerse de los fantasmas del 2014.

Como suele suceder en estos torneos cortos e intensos, el equipo brasileño que inició la competencia es distinto al que la terminará. Con el paso de los partidos, Tite parece haber encontrado su once, pero el proceso no ha sido fácil: en el camino, Brasil tuvo que sufrir, puntualmente en los partidos frente a Paraguay y Venezuela, selecciones que defendieron con intensidad y orden, y ante Argentina.

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Fase de grupos: unas de cal y otras de arena

El debut de la selección brasileña no podría haber sido más amable: frente a Bolivia, el equipo más débil de todo el torneo. Sin embargo, la selección altiplánica jugó un primer tiempo correcto y mantuvo su valla en cero. Tite lanzó aquel día un mediocampo más bien defensivo, con Casemiro y Fernandinho haciendo un doble pívot delante de la defensa y Coutinho más libre detrás de la línea de tres ofensiva. La fórmula no funcionó bien, sobre todo teniendo en cuenta que jugar con dos medios defensivos frente a un equipo tan conservador no tenía demasiado sentido.

La línea ofensiva tampoco tuvo una buena noche, en particular los extremos: Richarlison y David Neres, debutantes en certámenes oficiales con Brasil, no cumplieron con las expectativas que ellos mismos habían construido con sus grandes temporadas en Europa. Finalmente, Coutinho, por partida doble, y el ingresado Everton, al final, sellaron una goleada más bien agridulce por el poco juego mostrado por el equipo.

En el segundo partido, frente a Venezuela, Tite quitó a Fernandinho y puso a Arthur, con lo que el equipo tendría más juego y salida más limpia. Pero Brasil volvió a jugar mal, sobre todo por lo poco que entraron en juego Neres y Richarlison. Everton y Gabriel Jesus volvieron a reemplazarlos, y, a pesar de que el resultado no se movería (0-0), ambos conservarían sus lugares.

Frente a Perú, en la tercera jornada, Brasil realizó su mejor partido en la Copa. Con Everton y Gabriel Jesus por las bandas desde el arranque, y con Arthur y Coutinho de interiores (ya sin doble pivote en el medio), y con el invaluable aporte de Dani Alves jugando desde la derecha hacia el centro, los brasileños aplastaron a Perú 5-0. Brasil jugó un fútbol excelso y el lateral derecho marcó el cuarto tras una magnífica pared con Firmino. El aporte de Alves al juego de los de Tite ha sido magnífico, combinando con casi todos sus compañeros, ofreciéndose para tirar paredes, pases filtrados, centros de gol. Dani es, hasta el momento, el mejor jugador de la Copa.

La buena noticia para Tite, aparte del 5-0, era que por fin había encontrado su equipo ideal: Alisson; Dani, Thiago Silva, Marquinhos, Filipe Luis (o Alex Sandro); Casemiro; Coutinho, Arthur; Gabriel Jesús, Firmino, Everton.

Paraguay y Argentina, huesos duros de roer

En los cuartos de final, Brasil tuvo que vérselas con la durísima Paraguay del Toto Berizzo. Los paraguayos, que llevan en su ADN el estilo de juego aguerrido y de contragolpe, hicieron lo suyo y dificultaron los circuitos de pase brasileños. Aún así, tanto Everton por izquierda como Jesus por derecha fueron peligrosos, así como Dani Alves por la banda y el centro. Paraguay hizo un partido heroico y mantuvo el cero, a pesar de que Brasil jugó bastante mejor. En los penaltis, primó la calidad técnica de los de Tite. En aquel partido, Allan reemplazó a Casemiro desde el arranque, pero el esquema fue el mismo.

Para la semifinal frente a Argentina, Tite realizó dos cambios: Casemiro volvía a ser el mediocentro titular, mientras que Alex Sandro reemplazaba a Filipe en el lateral izquierdo. El mediocampista del Real Madrid tuvo bien vigilado a Messi, aunque Brasil sufrió para ganar un partido durísimo, en el que la Argentina estuvo muy cerca de complicar las cosas a los de Tite. Frente al equipo de Scaloni, el scratch mostró su verdadero rostro: el de un equipo, por sobre todas las cosas, clínico y pragmático.

El juego de Brasil no es demasiado atractivo -salvo cuando Dani Alves o Coutinho deciden hacer jugar a sus compañeros- pero es absolutamente eficiente. Lo de Perú parece haber sido un oasis. Argentina dominó el partido y tuvo las más claras, pero fue Brasil quien se impuso por 2-0. Es cierto que el árbitro inclinó innegablemente la cancha hacia los locales -algo que pasará con toda seguridad en la final- pero quedó claro a qué juega Brasil y qué es lo que le acomoda a Tite.

Hemos hablado de las opciones de Brasil con el balón, pero sin él, en defensa, es una de las mejores selecciones del mundo. La pareja de centrales -Thiago Silva y Marquinhos- es casi inmejorable y se conoce de memoria, ya que es la misma del PSG. Y Alisson, el portero, es probablemente el mejor del mundo, lo que explica que Brasil no haya recibido un solo gol en la Copa.

Como hemos visto, Brasil parte como gran favorito en la final, por la calidad de su plantel y su localía, y Perú deberá hacer un partido perfecto -como el primer tiempo frente a Chile- o le costará muchísimo dar la sorpresa, aunque un nuevo papelón, como el de la fase de grupos, parece muy improbable.