ALIANZA LIMA
Quevedo no renueva y Alianza teme quedarse sin nada
Diversas fuentes señalan que el delantero quiere ser el jugador mejor pagado del equipo. De lo contrario, se irá a fin de año sin dejar un dólar al club.
Lo de Kevin Quevedo se está convirtiendo en el culebrón del invierno limeño. El delantero de Alianza Lima -la mayor promesa del fútbol peruano por el momento- parece decidido a dejar que su contrato se venza a fin de año para poder buscar equipo con su carta pase en la mano. Si bien el futbolista está en todo su derecho, el que pagaría los platos rotos sería el club que le dio de comer y que lo puso en donde está ahora, aun cuando eso implicó “robárselo” a Universitario.
Quevedo hizo las divisiones inferiores en la U, pero Alianza puso el contrato profesional más atractivo sobre la mesa y el jugador optó por pasarse al acérrimo rival, con lo que se ganó para siempre el desprecio de los hinchas cremas. Ahora, ya consolidado en Matute, parece estar ganando méritos para hacer lo propio con la afición íntima. Todo un mérito para un chico de 22 años.
Uno de los problemas de Quevedo -como suele suceder con futbolistas de todo el mundo- es su padre. Willy Quevedo es, a la vez, el agente de su hijo y, como hemos visto en casos como el de Neymar, el amor paterno a veces sabe muy poco de negocios. Y, en el peor de los casos, puede terminar arruinando una reputación y, finalmente, una carrera.
Según algunas fuentes a las que AS ha tenido acceso, el padre de Quevedo está forzando la salida de su hijo del club para poder elegir libremente su próximo equipo, teniendo en cuenta que el futbolista tiene contrato hasta fin de año. En ese caso, el club que quiera hacerse de sus servicios no tendrá que pagar ficha, lo que le hará más atractivo en distintos mercados. Para forzar la partida de Kevin, Willy Quevedo ha anunciado a la dirigencia de Alianza que su hijo debe ser el mejor pagado del club, aún por encima de Pedro Gallese, internacional, mundialista y subcampeón de América.
Ayer por la noche, el jugador subió una historia en su cuenta de Instagram con un mensaje para alguien. Aunque podría ser una coincidencia, los futbolistas y sus agentes tienen muy clara la repercusión de sus posts, y, en un momento como este, todo parece estar friamente calculado. Esta es la captura de la historia:
Alianza se encuentra en una encrucijada. Si cumple con el pedido de los Quevedo, desestabilizará un vestuario en el que las jerarquías están claras. Gallese no puede, por ningún motivo, ganar menos que un chico de 22 años que no ha conseguido nada más que ser goleador de un torneo Apertura. En su debut en la selección -en un torneo no oficial como son los Panamericanos-, el delantero íntimo marcó un solo gol y su desempeño fue más bien decepcionante.
Pero si Alianza decide no ceder ante los pedidos poco realistas del jugador y su padre, se verá obligado a perder a su máxima joya a cambio de nada. Quevedo tiene el potencial de dejar unos cuantos millones en las arcas de una institución que sigue endeudada con el Estado peruano. Por estos motivos, pareciera que la situación no está cerca de resolverse, y no debería sorprendernos que comenzaran a aparecer -si no lo han hecho ya- pretendientes del extranjero que quieran aprovechar esta incertidumbre para alejar todavía más al delantero de Matute.
No estaría mal, pensando en los intereses de Alianza Lima, que Quevedo tomara el ejemplo de Yordy Reyna, quien pudo irse libre al Red Bull de Salzburgo en el 2012 pero no lo hizo para dejar un dinero importante a su equipo. Un año después, el cuadro austriaco pagó 1.5 millones de dólares por él y todos los involucrados terminaron felices.