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PERUANOS EN EL EXTERIOR

Beto Da Silva, la eterna promesa del fútbol peruano

A los 22 años, el delantero ya ha jugado en siete equipos distintos sin ser exitoso en ninguno de ellos.

Beto Da Silva, la eterna promesa del fútbol peruano
RC Deportivo La Coruña

Llamar trotamundos a un chico de 22 años puede parecer ridículo, pero ese es el caso de Beto Da Silva. El futbolista de padre brasileño y madre peruana no ha conseguido consolidarse en ninguno de los equipos en los que ha militado, de manera que, año tras año, ha tenido que buscárselas para tener minutos.

Su llegada al Deportivo de La Coruña en los últimos minutos de la ventana de fichajes europea ha sido consecuencia de su pobre desempeño en el fútbol mexicano y de la necesidad del Depor de desprenderse de Diego Rolan. Su pase le pertenece a Tigres, aunque estuvo cedido en el Lobos BUAP, donde jugó 14 partidos y marcó un solo gol. Da Silva ha fichado por el Deportivo como parte de la operación que llevó a Rolan al FC Juárez, club que reemplazó a Lobos en la primera división mexicana.

Juan Antonio Anquela, entrenador del cuadro de La Coruña, confesó en la radio RPP que la llegada de Da Silva no responde a un pedido del cuerpo técnico. "Ahora mismo los entrenadores somos secundarios. Aquí, la parte deportiva la lleva el director deportivo. Si ha firmado por el Depor, tiene que ser buen jugador”, señaló, y añadió que él buscaba reforzar la línea defensiva y no el ataque.

Lo dicho por Anquela no suena demasiado esperanzador para el delantero, que busca, de una vez por todas, encontrar regularidad en una liga competitiva. Da Silva ha jugado en el Sporting Cristal (fue el único equipo en el que rindió en primera división, aunque partió rápido), en las inferiores del PSV, Argentinos Juniors, Gremio, Tigres y Lobos, y en ninguno de los equipos del extranjero logró siquiera dar muestras de que podría consolidarse, ya sea por lesiones o por bajo rendimiento.

A los 22 años, está claro que Beto tiene tiempo para encontrar regularidad y explotar las virtudes de las que evidentemente goza. Es obvio que, por más que lo niegue, Gareca todavía no ha encontrado el reemplazante ideal de Paolo Guerrero, y, por sus condiciones, Da Silva podría ser uno de los candidatos. Sin embargo, todo su talento quedará en nada si no puede ser titular a lo largo de toda una temporada.

Ha llegado el momento de dejar de ser una promesa para convertirse, de una vez por todas, en una realidad o, por lo menos, en un jugador profesional de fútbol que juegue partidos. Después de todo, de eso vive el futbolista.