CORONAVIRUS PERÚ
Coronavirus: ¿Volverá a haber clases presenciales en 2020?
El retorno, de manera paulatina, a las clases presenciales, está planeado para el 4 de mayo, pero no parece que vayan a empezar en esa fecha.
Las clases virtuales para colegios públicos empezaron oficialmente el 6 de abril, con el programa "Aprendo en casa". La situación de emergencia sanitaria en la que se encuentra el país obligó al Gobierno a comenzar el año escolar bajo esa modalidad, con la idea de que los estudiantes puedan regresar paulatinamente a sus colegios a partir del 4 de mayo, según dijo, en primera instancia, el presidente de la república, Martín Vizcarra.
Sin embargo, todo estaba (y está) sujeto a la evolución de la pandemia. Mientras la curva no llegue a su pico y, por consecuencia, empiece a aplanarse, no es posible ponerle una fecha al retorno a las aulas. Vizcarra fue claro el 13 de abril cuando, en conferencia de prensa, dijo lo siguiente: “Es claro que para salir de esta enfermedad, necesitamos el distanciamiento social y donde más acercamiento hay es precisamente en las escuelas, entonces todavía es una de las actividades que va a demorar en retomar su actividad presencial".
¿Volverá a haber clases presenciales en el 2020?
Depende de varias cosas. En primer lugar, como ya se dijo, de cómo avance el coronavirus en el Perú. La próxima semana será clave en ese sentido, porque, según los especialistas, la curva debería empezar su descenso. De ser el caso, se levantarán algunas pocas medidas del estado de emergencia. Aún así, la posibilidad de un rebrote o de una 'segunda ola' de la pandemia es bastante probable, porque lo que no sería prudente tener a decenas de niños en un salón si es que esto sucede.
Por otro lado, habrá que ver cómo evoluciona el programa "Aprendo en Casa". El acceso a la información de millones de peruanos es sumamente limitado: o no tienen televisión, o la señal de la radio es mala o no cuentan con internet. Las clases virtuales no pueden desarrollarse integralmente si cientos de miles de niños no pueden formar parte de ellas, lo cual pone en una encrucijada al Gobierno: ¿arriesgamos la salud de estos niños o los hacemos perder casi un año entero de escolaridad? Parece claro que la segunda alternativa es la única sensata, lo cual no quiere decir que sea fácil asumirla.
Muchas actividades -sobre todo las relacionadas al ocio- que implican aglomeraciones de personas, como conciertos, eventos deportivos o proyecciones de películas en salas de cine, suspenderán su funcionamiento por todo el año. No es improbable que suceda lo mismo con las clases presenciales. La clave será conseguir una alternativa democrática y eficiente.