POLÍTICA PERÚ
Se cumple un mes de la vacancia presidencial a Vizcarra: ¿qué ha cambiado en este tiempo?
El 10 de noviembre el Congreso decidió vacar a Martín Vizcarra, lo que provocó una serie de manifestaciones masivas en todo el país.
El Perú ha tenido un año para el olvido, como casi todo el mundo... pero algo peor. El país ha sido uno de los más castigados por la pandemia, y en medio de eso, por una de sus crisis políticas más profundas del siglo. Uno de los Congresos más desprestigiados de la historia decidió, sin el apoyo de la población, vacar al entonces presidente de la república, Martín Vizcarra, por indicios de corrupción que no han sido comprobados en el Ministerio Público.
Con 105 votos, el Parlamento vacó a Vizcarra y puso en su lugar al presidente del legislativo, Manuel Merino de Lama. El congresista de Acción Popular, con vínculos estrechos con casos de corrupción, formó un gabinete de derecha extrema, lo que encendió todavía más a la población, ya indignada con el proceso de vacancia, que se pareció más a un golpe legislativo que a otra cosa.
Las marchas a nivel nacional fueron las más masivas de la historia moderna del Perú. En ellas, murieron dos jóvenes asesinados por una Policía extremadamente violenta y represiva, azuzada por el polémico gabinete de Merino y, en especial, por el Ministerio del Interior. Las movilizaciones sociales surtieron efecto de inmediato: Merino se vio obligado a renunciar y se convocó a elecciones de una nueva mesa directiva del Congreso, cuyo presidente se convertiría en el mandatario del país.
Después de una serie de idas y venidas, la lista encabezada por Francisco Sagasti, del Partido Morado, fue elegida por los parlamentarios, de manera que Sagasti se convirtió en el presidente de la transición hasta julio de 2021, cuando asuma el nuevo mandatario después de las elecciones generales que se llevarán a cabo en abril del próximo año.
De un tiempo a esta parte, Sagasti intentó una reforma policial que ya provocó las renuncias de dos ministros del Interior, en un sector que parece ingobernable. Además, se enfrenta a un Congreso intransigente, que, dirigido por las bancadas golpistas, sigue poniendo zancadillas al desarrollo social y político de un país sumido en una profunda crisis.