Universitario, a la deriva

Es posible que Ángel Comizzo no pueda seguir viviendo de la Fase 1 del año pasado mucho tiempo más. En el año en el que más cosas han cambiado en la historia de la humanidad, una de las que se ha mantenido casi inalterada es el muy bajo nivel de Universitario desde que empezó la Fase 2, allá por octubre del 2020.

La ‘U’ viene jugando mal hace mucho tiempo y los resultados hablan por sí solos. Es cierto que Comizzo no tiene demasiado con qué mejorar las prestaciones de su equipo: la materia prima no es nada entusiasmante, ni a nivel de juveniles ni a nivel de refuerzos internacionales. Conseguir el éxito con billeteras angostas requiere de mentes brillantes, y si algo le falta a esta ‘U’ es brillo.

Todo eso quedó muy claro esta tarde en el estadio Iván Elías Moreno, frente a un Cantolao tan limitado como pragmático, al que le bastaron un par de buenos tiros de esquina y un buen partido de su joya, Yuriel Celi, para desnudar todas las carencias del subcampeón nacional. Esta vez no hubo Carvallo que salve los muebles ni penales milagrosos: lo de la ‘U’ fue tan pobre que la derrota parecía inminente, aún cuando faltaba una vida para el pitazo final.

Dos cabezazos y una mala salida del portero generaron dos goles en contra. Demasiado rápido. Demasiado brutal. En ese contexto, con un equipo mermado por casos de COVID-19 y un banquillo muy corto, Comizzo tuvo que hacer malabares para la segunda parte, en la que muchos juveniles se vieron obligados a salvar el honor de un equipo cuyas necesidades fueron mucho más grandes que sus soluciones.

El técnico hizo los cinco cambios, pasó a defender con tres pero, a pesar de que Álex Valera, una de las muy pocas buenas noticias del equipo merengue, consiguió descontar y contagiar de cierta esperanza a sus compañeros, la realidad fue más fuerte: Gabriel Leyes puso el tercero y bajó la persiana cuando quedaba casi un tiempo entero por disputar.

Si bien un empate en dos partidos no suena demasiado trágico, está claro que la ‘U’ necesita un cambio radical -casi una revolución- para enderezar una temporada que podría hacérsele demasiado larga. La pregunta es si Comizzo es el hombre indicado para liderarla, si está dispuesto a hacerlo o si, más bien, es tiempo de cambiar el timonel de un barco que luce muy a la deriva.