Choque de realidad

Sporting Cristal se había puesto arriba en el marcador con una gran jugada que culminó Gilmar Paredes por derecha. El equipo peruano se ilusionaba con dar el batacazo, pero la esperanza duró media hora, tiempo más que suficiente para que el Independiente del Valle (IDV), campeón defensor de la Copa Libertadores Sub-20, pusiera las cosas en su lugar.

El marcador final (7-1) fue el reflejo perfecto no solo de lo que pasó en el campo, sino de cómo se viene trabajando el fútbol formativo en Perú y en Ecuador. El IDV es uno de los equipos latinoamericanos que le dedica más recursos a sus divisiones inferiores. De ahí que su primer equipo sea también uno de los más fuertes de la región y que la selección ecuatoriana domine en las eliminatorias.

Nada es coincidencia. Lo doloroso, más allá del resultado -que ya es de por sí un golpe muy duro para los jóvenes jugadores dirigidos por Jorge Cazulo- es justamente esa inmensa distancia que existe entre el club que mejor trabaja divisiones inferiores en el Perú y el que hace lo propio unos pocos kilómetros hacia el norte de la costa peruana. 

Porque si algo está claro es que Cristal es la institución más seria del país en lo que respecta al fútbol formativo y, aún así, está a años luz de sus pares en otros países del continente. La culpa, por supuesto, no la tienen los futbolistas que, por lo demás, demostraron en la primera jornada, y en pasajes de este partido, que tienen mucho talento y un futuro interesante por delante.

Si hay que hablar de culpas -y a veces es necesario hacerlo- se tiene que señalar la poca competencia que tienen los clubes "serios" en torneos nacionales, la inexistente proyección que tiene la Federación Peruana de Fútbol, una institución por lo demás plagada de casos de corrupción y relaciones turbias con ligas departamentales y algunos otros clubes.

Si es que no se prioriza el desarrollo de los jóvenes, se necesitará de milagros -como el que está logrando Gareca- para ver logros en equipos profesionales. De ahí que los Sporting Cristal, Alianza Lima y Universitario deambulen por los torneos continentales, no consigan siquiera pasar de ronda en la Copa Libertadores y se choquen, año tras año, con la dura realidad.