Una defensa indefendible
En Sullana, Alianza encajó su sexto gol en cuatro partidos, en la que fue una tarde vergonzosa para su defensa, pilar del campeonato del año pasado.
Alianza Lima ha empezado la temporada 2022 de la Liga 1 con más dudas que certezas. Luego de un 2021 extraordinario, en el que consiguió levantar el título doce meses después de haber firmado su descenso a la Liga 2 en el campo, el cuadro blanquiazul no encuentra regularidad. En gran medida, esto se debe a la inconsistencia de la línea más sólida de la campaña pasada: la defensa.
En el 2021, Alianza solo encajó 17 tantos, con lo que se convirtió en el equipo menos goleado del torneo. La solidez de la línea de cinco hombres planteada por Carlos Bustos, además del gran año del portero Angelo Campos, volvieron el área blanquiazul casi infranqueable, lo que quedó demostrado en los partidos de la final, en los que Sporting Cristal no pudo anotarle.
Números que preocupan
Sin embargo, en los cuatro partidos que ha disputado Alianza este año, ya ha recibido seis goles, un poco más de un tercio de todos los que encajó la temporada pasada. De hecho, antes de la derrota 4-2 de ayer ante Alianza Atlético, no había recibido cuatro goles en un partido desde el 2020, cuando terminó penúltimo, en puestos de descenso.
Lo curioso es que Bustos consiguió mantener a los protagonistas principales de la línea defensiva e incluso logró fichar a Christian Ramos, central titular de la selección de Ricardo Gareca y uno de los jugadores más consolidados de la Liga 1. ¿Cómo se explica, entonces, que la que fue la mejor defensa del 2021 esté sufriendo tanto solo unos meses después?
Aunque todavía es pronto para señalar culpables, más que el sistema defensivo, el problema tiene que ver con rendimientos individuales. Ayer, en Sullana, Pablo Míguez y Angelo Campos tuvieron probablemente sus peores partidos desde que firmaron por Alianza, cometiendo errores injustificables en momentos clave. Tampoco viene bien Oslimg Mora, que fue uno de los mejores jugadores del 2021, y el propio Ramos está tardando en habituarse a jugar de líbero.
Es innegable, también, que los equipos limeños la están teniendo mucho más difícil este año debido a que los cuadros de provincia están jugando de locales. Universitario, Cristal y Alianza ya han caído frente a equipos más limitados, en cierta medida porque la altura, el calor o la presencia de público visitante tienen peso. Este será, definitivamente, un torneo más desafiante que el anterior.