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LIGA 1

Universitario - San Martín: sin gente, sin goles, sin fútbol

El Universitario-USMP fue la muestra de todo lo que está mal en el fútbol peruano. El partido se jugó en el Monumental a puerta cerrada con un pobre espectáculo.

Actualizado a
Universitario - San Martín: sin gente, sin goles, sin fútbol

Era el duelo de dos líderes del Torneo Clausura. En el estadio más grande de Sudamérica, donde juega, además, uno de los dos clubes más importantes del país con una de las hinchadas más apasionadas del continente. Tenía todo para ser un espectáculo, el plan perfecto para un frío viernes por la noche.

Pero la realidad -a veces, con demasiada brutalidad- suele recordar periódicamente que esto es el Perú y que aquí las cosas funcionan a su modo. Con sus tiempos, sus decisiones inexplicables, su frustrante folclor. Horas antes del encuentro, la U comunicaba que el partido ante la San Martín se jugaría a puertas cerradas porque la Policía Nacional del Perú (PNP) consideraba que “podrían presentarse incidentes de violencia”.

Es importante dejar claro que la Universidad San Martín nunca ha llenado, en toda su historia, un estadio de más de cinco mil personas. Es, posiblemente, el equipo peruano con menor hinchada, que consiste básicamente de un hombre disfrazado de muela y un centenar de estudiantes universitarios. Además de las familias de los futbolistas, por supuesto. De ahí que la probabilidad de incidentes violentos entre hinchadas era casi inexistente.

No queda claro cuáles son las verdaderas razones de la decisión de la PNP y del club. Lo que sí se sabe es que la U se encuentra en plena crisis institucional, con una administración desprestigiada y sin credibilidad, y en un litigio infame entre el club y Gremco, responsable de la construcción del estadio Monumental. Todo lo cual levanta las sospechas de boicots y complots y jugadas oscuras, algo nada ajeno, por cierto, al fútbol peruano.

Mientras la U, como institución, no se sanee, seguirán sucediendo este tipo episodios, algo que aleja al hincha, a quien, paradójicamente, se le pide que salve al club. Y esto repercutirá en el equipo, que ha dejado de pensar en títulos para soñar con una temporada sin sobresaltos con el fantasma del descenso merodeando.

Ayer, más allá de la escasez de talento del plantel, fue evidente que el vacío del estadio contagió al equipo, que se presentó tan frío como la noche limeña. La U necesita, como el aire, a su gente, porque con lo que tiene el campo y en el banquillo no es suficiente, y eso es evidente. Ni su directiva, ni Gremco, ni la PNP deberían tener el poder de perjudicar así al equipo y a su hinchada.