UNIVERSIDAD CÉSAR VALLEJO
Chemo del Solar, del infierno al cielo (y viceversa)
El técnico de la UCV volverá a dirigir en la Libertadores después de 7 años. Tras tocar fondo con la selección, ha encontrado su lugar en el mundo en Trujillo.
La carrera de José ‘Chemo’ del Solar es, sin duda, una de las más exitosas del fútbol peruano. Por mucho tiempo, fue el mayor representante del país en la liga española, donde vistió las camisetas del Tenerife, Salamanca, Celta y el Valencia. Ahí se le pegó el acento que se le escapa de vez en cuando. Y ahí conoció, entre otros, a Jorge Valdano, uno de sus referentes.
Mientras su prestigio crecía en Europa, ‘Chemo’, como Roberto Palacios o Nolberto Solano, tuvo que chocarse con la realidad cada vez que regresaba a casa: fue parte de algunas de las selecciones más fracasadas de la historia, más allá de que no faltaba talento. Los noventas fueron, en realidad, una década perdida para el país en casi todos los ámbitos.
El mediocampista todoterreno en el que se había convertido Del Solar volvió para retirarse en Universitario, equipo del que era un de los símbolos, y en el que jugó un año gratis cuando atravesaba la peor crisis económica de su historia. ‘Chemo’ era tan ídolo como José ‘Puma’ Carranza y solo un poco menos que Lolo Fernández, pero todo cambiaría unos años después.
Una traición celeste
En el 2005, ‘Chemo’ debutó como co-entrenador en el Colón de Santa Fe junto a Juan Antonio Pizzi. La experiencia, algo sui generis, duró solo tres partidos, debido a los malos resultados del equipo. El peruano fue cesado, pero rápidamente encontró un nuevo equipo: Sporting Cristal.
La llegada de Del Solar, ídolo crema, fue mal recibida por los hinchas de Universitario, que consideraron su decisión como una traición, y también por los celestes, que no se molestaron en recibir con los brazos abiertos a un símbolo de uno de los grandes rivales. Aunque ‘Chemo’ consiguió el título nacional con Cristal en el 2005, nunca fue bienvenido en La Florida, pero el buen desempeño del club le valió ser llamado por la FPF para dirigir nada menos que a la selección nacional.
Los años oscuros a cargo de la blanquirroja
Del Solar asumió la dirección técnica de la selección en un época en la que Perú contaba una buena mezcla de futbolistas experimentados y otros que empezaban a construir sus carreras en el exterior. Claudio Pizarro era el gran capitán, Jefferson Farfán y Paolo Guerrero, las estrellas del futuro, y Solano y Palacios, los veteranos llamados a dirigir el barco.
Pero todo empezó mal y terminó peor. ‘Chemo’ no solo nunca encontró el equipo, sino que jamás pudo estar realmente a cargo del grupo. No se ganó el respeto de sus jugadores, lo que terminó por explotar en el 2007, en el famoso caso del Golf Los Inkas, en el que los seleccionados, en plena concentración, recibieron visitas y tomaron alcohol hasta la madrugada. Del Solar culpó a Pizarro, entonces capitán del equipo, y decidió separarlo del plantel. No hubo vuelta atrás.
La selección mostró una de sus peores facetas deportivas mientras ‘Chemo’ fue el entrenador -un mérito nada fácil de conseguir, tras varias eliminatorias en las que estuvo en el sótano- y terminó última en las clasificatorias para Sudáfrica. Del Solar dejó el cargo.
El renacimiento: San Martín y César Vallejo
Después de su estrepitoso fracaso a cargo de la selección, ‘Chemo’ volvió a Universitario, esta vez como entrenador, pero no le fue demasiado bien. Lo hizo en dos etapas (entre el 2010 y 2012, y en el 2014) que no serán recordadas de forma positiva.
Después de su mala campaña en el 2014, se tomó un par de años, hasta que tomó a la Universidad San Martín en el 2016. La pausa, aparentemente, dio sus frutos: el cuadro santo jugó un fútbol vistoso y eficaz, logró mantenerse alejado del descenso y llenó los ojos, nuevamente, de la directiva de Sporting Cristal, que lo contrató en el 2017 sólo para despedirlo meses después, luego de una racha de malos resultados.
En el 2018, Del Solar tomó el control de la César Vallejo, equipo en el que se mantiene hasta el día de hoy. El técnico logró darle una identidad al equipo trujillano, al que logró ascender en su primera temporada en la Liga 2. Ahora, lo mantiene luchando siempre en la parte alta de la tabla y ha conseguido volver a dirigir en la Copa Libertadores después de 7 años. Todo un mérito para uno de los personajes más polarizantes del fútbol peruano.