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La errática línea de cinco

A Ricardo Gareca se le ocurrió la idea de aplicar una línea de cinco defensores para contener el poderío de Brasil. Mejor dicho para resistir durante una hora y media y mantener el cero. La idea nació a partir de la baja obligada de André Carrillo por la expulsión en el juego por cuartos de final contra Paraguay. Sin embargo, el nuevo esquema implantado fue un verdadero fracaso.

Defender bien no significa apilar un grupo numeroso de hombres, de corte defensivo, frente a una ofensiva brillante y explosiva liderada por Neymar. El experimento ya daba luces de fracaso al momento de las aproximaciones peligrosas del 'Scratch'. La figura del primer tiempo, es más, fue el portero Pedro Gallese, quien con sobresalientes intervenciones impidió una goleada como en el primer partido disputado por la fase de grupos.

Para colmo de males, el primer gol del compromiso llegó por una mala reacción de los zagueros elegidos para componer esa línea de cinco. Christian Ramos, el de peor performance a lo largo del campeonato Conmebol, quedó en ridículo al igual que el irreconocible Alexander Callens. Sumado a ese desastre defensivo apareció la descoordinación e imprecisión del mediocampo, que no logró dar más de tres pases seguidos ni mucho menos manejar la pelota como en anteriores presentaciones.

La historia no cambió en el tablero electrónico, pero sí en el ritmo de juego. Ya para el complemento, el 'Tigre' reculó en su decisión y se deshizo del 5-4-1 para retornar a su esquema clásico. Afuera Ramos y Trauco para dar permiso a Raziel García y Marcos López. El primero fue el ingreso más sobresaliente. Vimos un mejor Perú: más atrevido, encarador y fuerte. Lástima que no se puedo hacer más para alcanzar la heroica. Los peruanos se van con la frente en alto.