Perú, en el sótano de América

El cántico dice que la Copa Libertadores una obsesión, pero para los equipos peruanos se ha vuelto más bien una pesadilla. La última víctima de la irrelevancia continental fue Universitario de Deportes, que volvió a caer en la fase previa y no pudo clasificar a la zona de grupos. La ‘U’ cayó ante Barcelona de Guayaquil en una llave en la que apenas compitió, aún jugando con un hombre más durante gran parte del partido de vuelta.

Lamentablemente, el de Universitario no es un caso aislado: los equipos peruanos vienen siendo, en los últimos años, los peores en la Libertadores. Sí: peores también que los bolivianos y los venezolanos, mucho peores que los paraguayos, e incomparablemente peores que todos los demás. Los clubes de la Liga 1 sencillamente no pueden competir con sus pares de otros países, salvo contadas excepciones.

Sin octavos de final desde 2014

Haciendo un recuento de las últimas participaciones peruanas en Copa Libertadores, salta a la vista un dato alarmante: desde 2014, el Perú es el único país sudamericano que no ha contado con algún representante en octavos de final. Esto quiere decir que o fueron eliminados en fase de grupos o cayeron en fases previas, como sucedió ayer con Universitario.

El año pasado, Sporting Cristal fue eliminado en la zona de grupos pero, al quedar tercero, aterrizó en la Copa Sudamericana. Contra todo pronóstico, pudo superar a Arsenal de Sarandí en los octavos, pero cayó en cuartos, sin pena ni gloria, ante Peñarol. Como ese Cristal, los equipos peruanos tienen chispazos -los celestes clasificaron con un golazo de chalaca de Gonzales-, pero de chispazos no se puede vivir.

Problemas estructurales

Para encontrar y describir las causas del permanente fracaso de los equipos de la Liga 1 en torneos continentales habría que hacer una tesis y no un artículo periodístico. Pero, a grandes rasgos, hay algunos problemas estructurales evidentes que luego se manifiestan en las copas. El primero de ellos tiene que ver con la inexistente capacidad organizativa de la Federación Peruana de Fútbol, cuyo presidente, solo por poner un ejemplo, está acusado de revender entradas para el mundial de Rusia.

La relación tóxica y mercantilista entre la FPF, las ligas departamentales y algunos clubes profesionales también es una de las causas del paupérrimo nivel de los equipos peruanos en torneos continentales. Si no hay planes a largo plazo, solo se podrán cosechar éxitos efímeros. Por otro lado, son muy pocas las instituciones que trabajan con seriedad sus divisiones inferiores, de manera que los futbolistas que terminan llegando al primer equipo no tienen el nivel requerido.

Por supuesto que hay más razones, y está claro que las federaciones o asociaciones de los demás países tienen sus propios problemas, pero los peruanos parecen ser más agudos. Para mejorar su rendimiento en torneos continentales, los equipos peruanos deben intentar cambiar radicalmente la forma en que se trabaja institucionalmente en el país, pero eso lleva tiempo. Mientras tanto, queda aferrarse a un milagro.