Escenario para el Perú-Colombia: ¿criterio económico o deportivo?

El debate en torno al estadio donde Perú debe recibir a Colombia el próximo 10 de Octubre se ha instalado nuevamente. ¿El estadio Nacional donde se jugó la gran mayoría de partidos en este eliminatoria, capaz de albergar un aproximado de 45 mil personas o el Monumental donde se jugó ante Bolivia, que puede recibir a más de 65 mil?

Varios de los jugadores han expresado públicamente su deseo de volver al Nacional, "la casa de la selección" como ellos la llaman. Para el cuerpo técnico, el único motivo para el cambio en el duelo ante Bolivia, era el maltrato que pudiera sufrir un campo que ya venía mal y que empeoraría con el concierto realizado 19 días antes del partido. La prioridad de Gareca, de sus asistentes Santín y Solano y del preparador físico Nestor Bonillo, siempre ha sido jugar en una cancha en estado óptimo. Los últimos informes de especialistas, indican que esta vez, para el 10 de Octubre, a pesar de recibir un concierto más mañana 19 de septiembre, tanto el Nacional como el Monumental tendrán sus gramados en excelente estado.

¿Que debe decidir la FPF? La ventaja económica de jugar en el Monumental es enorme; pero la ventaja deportiva, la preferencia de los futbolistas y del comando técnico está en el Nacional. Les afecta - y con razón - que la falta de accesos amplios genere que el trayecto desde la concentración hasta el estadio en día de partido, sea de una hora u hora y media. No es un argumento para desdeñar.

Lo más importante ante un compromiso de esa magnitud es que se cumpla lo que la parte deportiva exige. El tema económico se resolverá luego, mucho mejor, si Perú clasifica a Rusia. Y si a la FPF, como corresponde, le preocupa ese tema, pues debe ser fría y poner en manos de especialistas la definición de los precios.

La demanda por entradas será enorme. La experiencia indica que ante un partido así, el aficionado está dispuesto a pagar a revendedores, dos y tres veces el monto fijado.

Elevar precios es impopular evidentemente, pero es inaceptable que el 50 o 60% de lo que el hincha está dispuesto a pagar - y en efecto, paga -, nutra los bolsillos de intermediarios y no las arcas de la Federación.

A esta hora, el estadio Nacional parece tomar considerable ventaja.