Conclusiones de la Noche Rosada: el Boys está de vuelta

Algún día tenía que volver. El puerto y el fútbol profesional peruano extrañaban al Sport Boys del Callao, su tradicional uniforme rosado y su bulliciosa barra, curiosamente, más proclive a seguir a los porteños en la segunda que en la primera división, una tendencia que esperemos cambie.

El Boys es de los equipos que entró a proceso concursal en Indecopi, igual que Cienciano, Melgar, Alianza y Universitario, pero evidentemente en una situación más fácilmente recuperable si hay orden, planificación y seriedad. Por ello, es grande el mérito de su actual administración, integrada por ex futbolistas encabezados por Johan Vàsquez y que no solo ha devuelto al equipo a la división de honor, sino además con un plantel muy interesante aunque quizás, con un promedio de edad un poco alto. Será clave que logre el técnico Viera sostener a la plantilla en condiciones físicas óptimas de modo que pueda tener aspiraciones serias.

No fue un gran partido el ofrecido por los locales anoche en el Nacional ante un equipo de reservas del Monarcas Morelia, pero dejó algunas sensaciones que entusiasman más allá del 0-0 y el anecdótico penal errado por Arroe. Tiene su columna vertebral integrada por Martinuzzi y toda su experiencia, bajo los palos. La solidez que espera otorgar el central Ambriz y dos laterales con oficio y eficiencia como Ciucci y Quina. Quizás la primera línea de volantes integrada por Faiffer y Gonzales Vigil sea la zona que más dudas genera. Ambos son voluntariosos y trajinadores, son fogoneros, pero algo limitados en la administración de la pelota en una zona clave y como pareja suman cerca de 70 años, que para una temporada de 44 partidos, no es un tema menor.

Tendrá el entrenador, que ir buscando en el camino alternativas que le den respuestas que le ayuden a sostener un funcionamiento que aún no tiene. De todas formas, de medio campo hacia adelante, hay cartas valiosas en el recién ascendido: cuenta en los extremos, con la creatividad y talento de Tajima y el oficio y la influencia ofensiva que puede generar Joaozinho Arroé, recién llegado de Real Garcilaso; como media punta al virtuoso aunque bastante grandecito Johnier Montaño - útil solo si mantiene su peso ideal, algo que le cuesta mucho - y como punta, al mundialista panameño ex Aurich y Universitario, Luis Tejada.

No está mal para un recién ascendido, pero puede ser insuficiente si no hay una absoluta aplicación para mantener al plantel enfocado y en plena forma. Párrafo aparte la emotiva despedida de Johan Fano, delantero con más de 20 años de una exitosa carrera en equipos locales y también de ligas como la mexicana y la colombiana, con un paso que no pasó inadvertido con la selección, con una rescatable cuota de gol allí donde estuvo y con el cierre que supuso lograr el ascenso con Boys y dejarlo otra vez en primera. Un profesional serio y comprometido durante su extensa vida profesional, Fano.

El marco se completó con unas 20 mil personas en el Nacional, que, esperamos, no deje su aliento a mitad de camino y siga al tradicional club, durante toda la temporada próxima a iniciarse.