SELECCIÓN PERUANA
Sin Christian Cueva, Gareca apostaría por el 4-3-3
La probable ausencia de Cueva desde el inicio ante Uruguay obliga al técnico a cambiar su esquema, como lo hizo en el último partido frente a Brasil.
A dos días del primero de los dos amistosos que sostendrán Perú y Uruguay, Ricardo Gareca empieza a tener más claro el once que sacará en Montevideo. El mal momento que vive Christian Cueva, una de los hombres indiscutidos por el seleccionador, lo obligará, con toda probabilidad, a buscar alternativas. Una de ellas pasa por modificar la manera en que se pararán los futbolistas en el campo.
El lugar en el que mejor rinde Cueva es detrás de Guerrero, como conexión entre la primera línea de volantes -Tapia y Yotún- y la delantera. Es un jugador trascendental en el sistema de Gareca, tanto que cuando él juega bien, la selección es un mucho mejor equipo. Ante su ausencia, el técnico no optará por un cambio hombre por hombre por una simple razón: no hay en la plantilla un jugador que pueda cumplir la misma función que el jugador del Santos.
Gareca optará, por lo tanto, por modificar el sistema y, de alguna forma, “aprovechar” que no estará Cuevita. Sin él, Perú jugará con un mediocampo algo más moderno -de acuerdo, en todo caso, a cómo juega la mayoría de equipos de la élite-, dinámico y que ocupe mejor el ancho de la cancha. Renato Tapia es quien tiene su puesto más asegurado: será el mediocentro posicional. En ocasiones, formará una línea de tres con los dos centrales para darle salida al equipo.
El futbolista del Feyenoord estará acompañado por dos interiores. Es muy posible que ‘Canchita’ sea uno de ellos, probablemente tirado hacia la izquierda, como lo ha hecho en varias ocasiones, incluyendo el último choque contra Brasil. La duda más importante tiene que ver con el tercer mediocampista: por lo que se pudo ver en las prácticas de ayer, Gareca está probando con Carlos Ascues, un volante con llegada y presencia física, una suerte de box to box, un tipo de jugador al que no ha recurrido el argentino.
La muy probable ausencia de Cueva le da la posibilidad a la selección de seguir probando el 4-3-3, un sistema que funcionó muy bien ante Brasil en el 1-0 del mes pasado, y de seguir consolidando esa formación como una alternativa potable al ya clásico 4-2-3-1 que, en ocasiones, puede llegar a ser bastante predecible.
