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ALIANZA LIMA

Alianza Lima campeón: un premio a la regularidad

Fue el equipo más constante del Clausura y lo demostró en los momentos más complicados, por lo que fue un justo campeón.

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Alianza Lima campeón: un premio a la regularidad

Todos los jugadores de Alianza Lima coincidieron, después del triunfo en Moyobamba sobre Unión Comercio que les dio el título del Clausura, en que la derrota en el clásico había sido el punto de quiebre. Un punto de quiebre positivo, a pesar de la derrota, ya que terminó por motivar más al equipo. Tras la caída en el Monumental, Alianza quedaba a cinco puntos de la U, el líder, con ocho partidos por jugar.

El fixture de los íntimos era de los más complicados, con visitas a Arequipa y Juliaca, además de partidos en casa contra rivales peligrosos como el Sport Huancayo y el Mannucci. Fue en esos encuentros -salvo frente a los trujillanos, que sacaron un buen empate de Matute- en los que el equipo de Bengoechea sacó una garra que, ha quedado claro, no está patentada por la U.

Alianza pisó fuerte y dejó claro que pelearía hasta el final por el Clausura cuando superó a Melgar, en uno de los mejores partidos del torneo. Perdía 0-2 y termionó ganando 3-2 sobre el final. Joazhiño Arroé, con su golazo en el 89’, tras un buen pase del brillante Kevin Quevedo, transmitió la sensación de que los íntimos eran el equipo a ganar.

Ni Cristal ni Universitario pudieron alcanzar a los blanquiazules porque no tuvieron la misma regularidad. Celestes y cremas tropezaron contra rivales en principio asequibles, en casa y sin más presión que la propia. Otra de las grandes diferencias es que Alianza enmendó sus tropiezos con resultados como el de Arequipa y Moyobamba, que finalmente le dieron el título.

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Quevedo y los uruguayos, las claves

Alianza le debe buena parte del Clausura a las actuaciones de sus atacantes. De hecho, es el equipo que más goles anotó, con 32, el doble que Universitario, su escolta. Por el contrario, sólo seis equipos han encajado más tantos. Es el caso opuesto al de la U, que anotaba muy poco y apenas recibía goles.

En ese sentido, los aportes de Kevin Quevedo, Adrián Balboa y los Rodríguez fueron trascendentales para el título. Federico terminó siendo vital en la recta final del campeonato. De hecho, marcó en seis de los ocho partidos que disputó su equipo después de la derrota en el clásico. La lesión de Balboa le permitió tener más minutos y el uruguayo se convirtió en el goleador de Alianza en el Clausura, con siete tantos.

Quevedo, por su parte, fue el más constante. Casi siempre que jugó, fue la figura del equipo, el jugador más desequilibrante y uno de los goleadores. Su situación (no ha renovado su contrato y se iría gratis a fin de año) no lo ha desequilibrado. Por el contrario, los rumores de salida y supuestas presencias de observadores lo motivaron. Parece ser momento de que el atacante dé el siguiente paso en su carrera. Pero no estaría mal cerrar su ciclo en Alianza con un torneo nacional. Antes, deberá superar a Cristal en las semifinales.