NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ALIANZA LIMA

El descenso trastoca todos los planes de Alianza Lima

El plan de la directiva era formar un club que diera un salto en términos deportivos y de marca, lo cual ha fracasado estrepitosamente. ¿Qué se viene ahora?

El descenso trastoca todos los planes de Alianza Lima

El descenso de Alianza Lima a la segunda división del fútbol peruano trasciende largamente lo deportivo. El club de La Victoria es una de las instituciones más tradicionales y respetadas del país, y ahora sus directivos deberán hacer malabares para impedir que la falta de fútbol de primera división termine hundiéndola. El futuro pinta complicado para un club que ha vivido sorteando dificultades económicas en las últimas décadas y que, cuando parecía estar resurgiendo, tocó fondo.

Desde que el Fondo Blanquiazul, a mediados del año pasado, pagó la deuda de Alianza con la Sunat, la ilusión volvió a La Victoria. La idea de formar un plantel competitivo con sólidas bases institucionales sólidas sonaba lógica y posible, sobre todo cuando Víctor Hugo Marulanda, prestigioso director deportivo colombiano, aterrizó en la capital para encargarse del equipo. En una entrevista para este diario, el también ex jugador del equipo íntimo explicó sus ambiciosos planes para dar un salto de calidad en Alianza, llevándolo a competir internacionalmente, a vender jugadores a ligas importantes y a dominar la liga local.

Todas las ideas de Marulanda eran respaldadas por el Fondo Blanquiazul, pero dependían, como nos contó el colombiano, de los resultados del día a día. "Uno de los objetivos importantes que tenemos es buscar un título cada año. Yo no puedo comenzar un año sin que uno de mis objetivos sea dominar el fútbol", señaló para AS Perú en mayo. Al final del día, ese factor fue el que minó el proyecto, que ahora pende de un hilo extremadamente delgado.

Sin dinero, no hay proyecto

Si la falta de resultados destruyó una por una las ideas de crecimiento de Marulanda y compañía, el descenso terminó de enterrarlas. Jugar en la Liga 2 implica mucho más que un retroceso en el nivel de competencia. Con él llega también un reacomodo absoluto a nivel económico, en un escenario que, de no ser manejado con absoluta responsabilidad y minuciosidad, puede convertirse en catástrofe estructural

Para empezar, los ingresos por concepto de contratos de retransmisión televisiva son los más importantes para un club de fútbol y, si bien GOLPERÚ ha empezado a transmitir la Liga 2 este año, el paquete será con toda seguridad menos lucrativo para los íntimos. Eso, sumado a que por el momento se seguirá jugando a estadio vacío, pone a la institución en jaque. ¿Cómo sobrevivir sin los jugosos contratos televisivos en segunda y sin ingresos por entradas a Matute?

Por otro lado, las ambiciones internacionles a corto y mediano plazo tendrán que ponerse en una larga pausa. Sin la posiblidad de disputar algún torneo continental, Alianza deberá enfocarse únicamente en reconstruirse en y para el Perú. Lo mismo sucede con las pretenciones de colocar jugadores en el extranjero: sin la vitrina de la primera división ni de la Libertadores o la Sudamericana, será mucho más difícil vender a sus futbolistas afuera.

Y tampoco será fácil incorporar talento al plantel. El sueño de reunir a Jefferson Farfán y Paolo Guerrero en La Victoria suena más lejano que nunca. Convengamos que los dos delanteros le tienen un cariño inconmesurable a la institución, pero tampoco jugarán gratis.

Con el descenso, básicamente todos los planes de crecimiento de Alianza se han caído y deberán ser replanteados por completo. Todavía no está claro quiénes liderarán a la institución en este profundo hoyo en el que se ha metido, pero deberán hilar muy fino. Resurgir de la segunda no es imposible pero tampoco nada fácil.